Berlín ciudad de graffitis y parques, de tram y bicicletas, de cuervos y gorriones, de rubios, morenos y pelirrojos; pelos largos y skin head; tatoo, piercing y cervezas; bares, restaurantes, cafes y casinos a puertas cerradas; de tiendas y fuentes, de iglesias y puentes; de bosques y olores, de aerobistas y fast food; de saunas y casas sin bidet; de muchas bibliotecas y pocas traducciones; de charlas breves y adioses largos,de cielos límpidos celeste azulados y de días grises con lluvia contínua; de amor sin fronteras, de sexo sin amor, de amor al mismo sexo, de medido amor y sexo medido; de alboroto y sosiego; de niños angelicales y nacimientos múltiples; de muchos rostros y pocas miradas, de escasas carcajadas y complacientes sonrisas, de amabilidad, respeto y cuidada individualidad; de buses que arriban a horario, calles limpias, policías que cumplen sus funciones y ciudadanos que pagan por cada servicio y cada lugar; de rock y filármonica; de Alexander Platz y Spree, de salchichas y bäckereien.Berlín enamora, seduce, aliena, sorprende, apasiona, volverás o no...pero nunca te arrepentirás de haberla besado.
Viviana Monjo.
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