martes, 26 de julio de 2011

A mis amigas:

Pertenezco a la raza de personas que danzan en universos paralelos, en lo individual y lo grupal, que caminan los días de a momentos; recorriendo con amigas los jardines de la infancia, adolescencia adultez y lo que sigue…

Que se deleitan en la risa y en el abrazo y se abstienen de los debe y debería.

Que participan de la magia del nacimiento, el enlace, el crecimiento de los hijos, y del logro de los cercanos como propios.


Que cometen imprudencias y se olvidan las fechas de cumpleaños pero la alegría de los otros no nos produce un ruido en las tripas por mezquindad o ruindad...


Que cuando la desdicha nos alcanza, buscamos el hombro de los que caminan a nuestro lado o lo brindamos, para consolarnos frente a las separaciones elegidas o decretadas, a las ausencias momentáneas o permanentes.


Que cuando la soledad de presencia, anuda nuestro estómago, estiramos la mano y ahí esta la familia elegida “las amigas”.


Que cuando la dicha nos besa, la hacemos extensiva, nos alborotamos y la compartimos sin intrincados laberintos de supuestos.

Que evitamos el juzgar porque sabemos que no poseemos las condiciones divinas ni aún, en sueños y sabemos que hay muchos infelices, tratando de convencernos con su verborragia de cómo el prójimo, próximo puede vivir mejor.


Pertenezco a la raza que enaltece la amistad, donde fantástica y emotivamente empequeñecemos los errores y resaltamos las virtudes, porque aprendimos que hay mucho por barrer en nuestra casa, sin distraernos en la ajena.


Pertenezco a la raza que agradece en cada oración, el modo mágico y gradual en que seguimos contando historias con mis queridas amigas.




Viviana Monjo